Esta semana, después de dedicar el pasado post a explicar, de una manera sencilla, cómo funciona el miedo, me gustaría explicar que herramientas tenemos a nuestra disposición para gestionar el miedo.
Las emociones, tal y como comentamos la semana pasada, son ventajas adaptativas que la naturaleza nos ha concedido. Aprender a gestionarlas es una de las habilidades más preciadas en un mundo en el que “lo emocional” siempre ha sido visto como algo femenino y muy relacionado con la debilidad. Nada más lejos de la realidad, tal y como a lo largo de este blog trato de compartir con todos vosotros.
En primer lugar debemos tener en cuenta que no es una cuestión de eliminar el miedo, sino de aprender a reducirlo, es decir, de ser capaz de gestionarlo para empequeñecerlo y así poder afrontarlo con mayores garantías de éxito.
De las tres herramientas que pueden ayudarnos a gestionarlo esta semana comparto la primera de ellas:
El conocimiento
Cuando hablamos de conocimiento, quizá sea bueno destacar que la ignorancia es la madre del miedo. Ambos se alimentan. Si queremos hacer crecer el miedo en un colectivo no existe nada mejor que mantenerles en el mayor nivel de ignorancia posible. Muchos regímenes totalitarios utilizan esta emoción de manera instrumental para poder acrecentar el miedo y ser capaces de controlar a naciones enteras. Creo que nos sobran los ejemplos.
Muchos directivos prefieren utilizar el miedo para controlar a sus equipos y así sobrevivir en sus puesto de trabajo. Sin embargo, y los que venimos de mundo del deporte esto lo tenemos marcado a fuego; solo se puede mejorar si te rodeas de personas que son mejores que tú.
“No tiene sentido contratar a personas inteligentes y después decirles lo que tienen que hacer. Nosotros contratamos a personas inteligentes para que nos digan que tenemos que hacer”. Steve Jobs
Pero, ¿qué ocurre si me rodeo de personas que son mejores que yo? Posiblemente pensaré que soy el que sobro y alimentaré, con esa fantasía, mi miedo a no sobrevivir. Esto, me llevará a activar mi instinto de supervivencia y haré todo lo que esté en mi mano para no desaparecer.
Así funcionamos en gran medida en muchos ámbitos profesionales y personales. Esto alimenta nuestro miedo, que se hace con el control de la situación y, por tanto, de todas nuestras decisiones.
Conocimiento es aprendizaje, es descubrir alternativas, posibilidades y nuevos puntos de vista. De igual manera, conocer es entrenar. La manera más eficiente del conocimiento se basa en el entrenamiento que hacemos. Quienes trabajamos en el ámbito del coaching sabemos que esta herramienta es tan potente desde el mismo momento en que es concebida como un entrenamiento libre y aceptado por quien desea entrenar.
El conocimiento como aprendizaje va ligado íntimamente al feedback. Siempre me ha gustado explicar a los alumnos y coachees con los que trabajo que el feedback es un regalo. Y es absolutamente maravilloso porque cada día podemos recibirlo de las personas, que desde su manera de observar el mundo, nos regalan información valiosa para nuestro desarrollo. Y ¿qué debemos decirle a quien nos regala feedback? GRACIAS, gracias por darme un pedacito de conocimiento que va a reducir un poquito más mis miedos.
GRACIAS