Misty Copeland no fue aceptada en varias compañías de ballet al no tener la tipología de una bailarina de ballet clásico. Según ellos, su cuerpo era demasiado atlético y había comenzado a los trece años a practicar ballet, demasiado tarde para poder llegar a ser alguien.
En la actualidad es bailaría en el American Ballet Theatre, una de las tres compañías más importantes en Estados Unidos y la primera afroamericana en veinte años en ser bailarina solista de la compañía.
En el caso de Misty Copeland nada de lo que le dijeron le hizo caer ni ceder en su empeño de llegar a ser quien es actualmente. Pero son muchos los casos anónimos que compraron las opiniones de otros y actuaron en consecuencia.
“No vales, no das el perfil, nunca serás capaz de llegar a, eres demasiado viejo,…” son tan solo algunos ejemplos de mensajes que a diario podemos escuchar en relación con las capacidades de las personas.
No me considero un iluso que piensa que todo el mundo es capaz de todo. No, y además me molesta mucho escuchar frases de este tipo. El autoconocimiento es imprescindible para poder acertar en nuestras decisiones y nos ayuda a poner el foco en el futuro que queremos tener. Ser consciente de mis luces y mis sombras es un regalo que me ayuda a orientar mi vida. Lo que no puedo entender es que simplifiquemos tanto las cosas, que nos lleven a buscar estereotipos en muchos casos caducos. Me molesta que se etiquete tan rápidamente a quien no responde a unos patrones socialmente establecidos y se trate de estigmatizar la diferencia. La vida no puede simplificarse a la permanente dualidad de buenos y malos, de vales o no vales, de valientes y cobardes, de guapos y feos. La vida tiene tantos matices como personas que la viven.
Y en sentido contrario, ¿qué me lleva a validar las expectativas que otros han puesto en mí? ¿qué hace que no me cuestione lo que otros piensan de mi futuro? Si les doy poder a los demás para que opinen sobre mi desarrollo, ¿dónde queda mi poder?
Si te dicen que no puedes, eres libre de ponerlo en cuestión, de revisar esa opinión y analizar si tiene una base sólida y buen fundamentada. En algunos casos las evidencias no son tales y lo que la gente dice de los demás habla más de quien lo dice que de quien lo escucha. No lo olvidemos nunca.Existen muchas cosas que no somos capaces de hacer “ahora”. Quizá nos falten recursos y necesitemos tiempo, entrenamiento y una buena dosis de coraje para estar preparados.
Más allá de los resultados que conseguimos está en lo que nos transformamos mientras peleamos por ellos. Y eso requiere aceptar las renuncias y sacrificios necesarios para tocar con los dedos nuestra pequeña dosis de gloria diaria.
Pero que nunca te digan que no puedes. No lo consientas y no te lo creas. Quizás no puedas “ahora” pero mañana será otro día.