Es de sobra conocida mi debilidad por Jorge Valdano y los cuatro años que tuve la suerte de compartir junto a él, cuando dirigió la Escuela Universitaria Real Madrid. También lo es mi admiración profunda y sincera hacia Gerardo de la Encarnación, al que tengo en mi grupo de amigos más íntimos. Ambos diseñaron una conferencia que fue el germen del último libro que acaba de publicar Jorge Valdano y que este sábado empecé a devorar de camino a Valencia.
En él podemos encontrar muchos guiños al fútbol y al management, terrenos ambos en los que Jorge ha peleado y ha cosechado victorias y derrotas como gran deportista que es.
Y sobre todo hay muchas perlas, como las que a menudo regala Jorge en conversaciones públicas y privadas. Algunas de ellas están recogidas en esta obra:
Si queremos calcular la eficacia de una persona debemos restar el talento que tiene menos el talento que cree tener. Yo aquí añadiría algo en lo que seguramente estaríamos ambos de acuerdo: A cuanta gente esta resta les saldría negativa.
Me encanta la anécdota que cuenta sobre Bielsa y de cómo entendió la filosofía del Manchester United al leer un cartel en un vestuario que decía: “No hay mejor medalla o trofeo que ser aclamado por tu estilo”. Jorge reflexiona sobre esta anécdota y añade: El estilo está por delante del resultado no porque sea más importante, sino porque ese es el orden que permite sentirse orgulloso por los triunfos obtenidos. Cuantos triunfos no hacen sentir orgulloso a quien lo obtiene por haber vendido su esencia por el éxito.
Preguntaba Valdano a Jorge Bernardo Griffa, forjador de jóvenes futbolistas argentinos, cual era el aspecto que más limitaba la evolución de un joven talento. Su respuesta fue clara: la indolencia, la pereza, la desidia.
Los 4 escalones que todo jugador debe subir para llegar al profesionalismo ( o dicho de otra manera, los 4 requisitos indispensables para desarrollar tu talento) son: tu naturaleza, la práctica, la exigencia (personalmente me gusta más referirme a la excelencia) y la pasión. La pasión contiene el amor a la tarea.
Por último os comparto una cita de Elaine Fox a la que se alude en este libro y en la que se define el optimismo: “La predisposición al optimismo no solo consiste en mostrarnos felices y alegres, sino que más bien guarda relación con el hecho de albergar esperanza en el futuro, un convencimiento de que las cosas van a salir bien y una fe inquebrantable en que podemos lidiar con todo aquello que nos depara la vida”
Y para la próxima semana me guardo las 4 grandes lecciones que Jorge Valdano resalta del liderazgo de Guardiola. Os aseguro que no tienen desperdicio.