En casa siempre rondaban libros de Anthony de Mello, escritor que gustaba de recopilar cuentos para explicar muchos conceptos que vivimos día a día. Seguramente siendo adolescente este capítulo lo pasaría rápidamente porque ni lo entendía y seguramente si lo hubiera entendido no hubiera estado de acuerdo. Pero ahora sí, ahora tiene todo el sentido del mundo. Me gustaría compartir este texto con vosotros y que pudiera servir de reflexión para comenzar esta semana.
El día que ustedes paren de correr, llegarán. La idea que la gente tiene de la eternidad es estúpida: piensa que dura para siempre porque está fuera del tiempo. La vida eterna es ahora, está aquí, y a ti te han confundido hablándote de un futuro que esperas mientras te pierdes la maravilla de la vida que es el ahora. Te pierdes la verdad. El temor al futuro, o la esperanza en el futuro, da lo mismo, son proyecciones del pasado. Sin proyección no hay futuro, pues lo que no entra en la realidad no existe. Las cosas solo serán cuando deben ser, por mucha prisa que te des. La realidad no es algo que se pueda forzar ni comprar. Se trata de ver la realidad tal como es. Lo que la sociedad te enseñó a atesorar no vale nada. Lo que la historia te legó como honor, patria, deber, etc., no vale nada, porque tienes que vivir libremente el ahora, separado de los recuerdos, que están muertos; solo está vivo el presente, y lo que tu vas descubriendo en él como real.
Lo primero que me viene a la cabeza es como la prisa es una manera de tener miedo. Esto se lo escuché decir en la universidad a Ángel Gabilondo y me impactó. Nunca me había “parado” a pensar que el hecho de correr llevará implícito tanto miedo. Para llegar no es necesario correr, a veces es más interesante parar.
Esta semana me explicaban la diferencia entre aceptar y aguantar. Cuando uno aguanta una realidad termina resignándose a ella y generando resentimiento en su comportamiento. Sin embargo aceptar implica tomar conciencia lo que nos permite poder actuar con libertad frente a las situaciones que vivamos. Permite estar en el presente, estar en el ahora y no quedarnos anclados en el pasado. Sobre todo aquello que no podemos decidir en la vida siempre tendremos la libertad de decidir nuestra actitud frente ello.
Me encanta cuando el autor hace referencia al honor y a la patria. No nos creamos lo que nos dicen, no te creas lo que te digo, revísalo profundamente y decide tu actitud, pero hazlo en el ahora. Quizá mañana sea tarde.
Disfruta de una semana que solo ocurrirá una vez en tu vida