Las cosas que suceden no son ni buenas ni malas, sino necesarias.
Quizás este aprendizaje sea uno de los más importantes que he interiorizado últimamente. Creo que es necesario que las cosas ocurran y como muy bien dice Elena, hacer que las cosas pasen. Porque es necesario que sea así para ir evolucionando constantemente.
¿Soy diferente? Si
¿He cambiado? Si
¿Me he transformado? Aún queda.
No creo que exista mayor riesgo en nuestras vidas que la autocomplacencia. Me canso de ver personas que llegaron a tener un cierto éxito y empezaron a destruirse poco a poco. ¿el motivo? no ser lo suficientemente humildes para entender que el cambio es lo único seguro que hay en la vida.
Todo lo que sucede, ocurre por algún motivo y quiero pensar que es para que aprendamos. Y aprender no deja de ser otra cosa que el arte de ver lo que sucede con ojos de principiante, con ojos de quien descubre nuevas posibilidades donde los demás ven siempre lo mismo.
Por ese motivo siempre he pensado que aprender consiste en vivir tus sueños con entusiasmo, porque de lo contrario terminaríamos soñando la vida que deseamos y que nunca tendremos.
Yo tengo la enorme fortuna de compartir mi vida con alguien con quien crezco aunque duela, con quien descubro aunque cueste y con quien he aprendido que hay dos posibles actitudes frente a la vida: pensar qué va a pasar o pensar qué voy a hacer. O mejor dicho, que hay personas que creen que las cosas suceden y otras que hacen que las cosas ocurran.
Y es que no hay crecimiento sin ciertas dosis de sufrimiento. Porque los grandes aprendizajes de la vida no pueden ser enseñados, deben ser vividos. Aunque existan situaciones similares nunca es igual una que otra y no debemos arriesgarnos a tratar de enseñarlas porque posiblemente lo que aprendamos sea nuestro mayor obstáculo a la hora de seguir aprendiendo. Lo decía muy bien Goethe “ten mucho cuidado con lo que aprendes porque no podrás olvidarlo”
En esos aprendizajes hay incorporadas muchas creencias que hacen que lo difícil en el aprendizaje no sea generar nuevas creencias sino olvidar las antiguas e inservibles.
Quizás morir por tus creencias pueda ser peligroso porque puedes estar equivocado.
“Nada puede evolucionar sin transformarse. A lo largo de este proceso primero descubrimos que tenemos la capacidad de destruir; luego de reparar y finalmente, de vivir en un perfecto estado de equilibrio. Por eso todo lo que sucede no es bueno ni malo, sino necesario” Gerardo Schmedling