No me canso de utilizar el deporte como metáfora de la vida y de la cantidad de maneras que tenemos de observarlo para extraer lecciones que podemos llevarnos a nuestro día a día.
Cuando hablamos de talento y lo reducimos a ese don divino que ha sido entregado a unos pocos elegidos, eliminamos de nuestro pensamiento cualquier posibilidad de encontrar el nuestro.
Pero hoy me gustaría reflexionar sobre los aprendizajes negativos vinculados a nuestro talento.
Seguramente el primer abandono cuando entrenamos nuestras capacidades, es el más difícil y el más peligroso. Muchos deportistas saben que esto es así. La primera vez luchas hasta la extenuación pero si abandonas, en las siguientes ocasiones abandonar es mucho más fácil. Aprendes que es más cómodo, más rápido, mejor.
Abandonar no solo significa dejar de hacer. También significa hacer trampas, buscar caminos más rápidos pero nada éticos. Significa no tener que poner toda la carne en el asador porque encuentro la excusa de otros muchos tramposos que consiguen ir más rápido, más alto y más lejos.
Y aprender a desarrollar nuestras capacidades es un camino nunca libre de obstáculos y con muchas tentaciones de abandono, disfrazadas de atajos, de comodidades, de fáciles satisfacciones con la mediocridad y con creencias limitantes en relación a nuestras posibilidades.
Y lo peor de todo esto es que sencillamente te las crees y cambias tu esfuerzo por resignación. E incluso, con el tiempo, terminas olvidando cuál era ese talento que te hacia diferente. Se te olvida tanto, que hasta llegas a pensar que no sabes cuál es tu talento. Y aunque otros te lo digan tú ya no te lo crees.
Al abandonar la primera vez empezaste a preparar un camino que fuiste alimentando con cada uno de tus pequeños abandonos.
La buena noticia es que siempre tenemos la opción de dejar de abandonar, de volver a marcar el camino del compromiso con nuestro aprendizaje y nuestro crecimiento. Porque la única manera de generar riqueza a nuestro alrededor es el compromiso con nosotros mismo.
http://www.youtube.com/watch?v=YvoyF5BlWZ8
Me gusta pensar que el verdadero sentido del crecimiento de un árbol no está en cuan grande y frondoso sea. Me gusta creer que no está en lo alto y verde que se vea a los ojos de quien lo observa. Me gusta creer que el verdadero sentido se encuentra en cómo hace bosque.
Quizá al pensar que el objetivo es ser más alto, más rápido y mejor que los demás, abandonamos con tanta facilidad. Si entendiéramos que el talento personal está vinculado a cómo hacemos bosque no abandonaríamos tan rápido.
Me gustaría compartir con vosotros un claro ejemplo de que las cosas no se deben abandonar.
Fue el accidente de avión de los Andes.
http://www.20minutos.es/noticia/125369/0/nando/parrado/viven/
Creo que es un claro ejemplo que gracias a la tenacidad de estas personas sobrevivieron otras y nunca se debe dejar de luchar.
Muchas gracias por tu reflexión MAESTRO.
Pero dear; El talento se trabaja, no es tan solo un DON???,
Y no solo podemos tener uno, verdad?….
Necesito clase particular sobre este tema…
Un abrazo,
p.
Muchisimas gracias Alvaro por tu tiempo en darnos estas pautas a seguir, por la increible motivación que aportas con tus post, y porque realmente son fuente de inspiración diaria para mí….Un abrazo !!!!!
[…] en el blog del gran Álvaro Merino que me dio qué pensar – este es el enlace al texto: EL PRIMER ABANDONO ES EL MÁS DIFÍCIL; muy buena […]
Gran reflexión Álvaro. A raíz de la lectura de tu artículo decidí escribir una reflexión personal en mi blog (http://www.encuentratumotivo.com/221/35-reflexion-sobre-el-exito/)
Me quedo con el mensaje de que existe la opción de dejar de abandonar – y de empezar a luchar. Gran blog.
Un saludo,
JM
Muy bueno el artículo Alvaro, me ha encantado. Es la pura verdad que en el momento en el que estamos todo el mundo tiene ganas de abandonar y de parar. Como dicen los americanos «Quiters».
Cuando yo era peqqueña me pegaba con mis hermanos y deciamos ¿Te rindes? ¿Te rindes incondicionalmente?
Y había que contestar ¡No! ¡Nunca me rendiré!
Mira ahora leyendo tu entrada me he acordado de eso. Nada de rendirse.
Un abrazo,
Gracia
No siempre puedo leer tus artículos, aunque me fastidie, pero ahora ¡como se nota que ya es veranito y da tiempo a todo!. En una primera lectura creí que el artículo iba de lo de abandonar y lo de rendirse ¡claro que uno es tan personalista!, pero luego me fijé en lo de «hacer bosque» y me di cuenta de que no es lo de tra-ba-jar en equiiiipooo, ser sineeergiicoooo, estar al servicio de los demaaaas, etc. etc. para «hacer bosque» es bastante con dejarse crecer y disfrutar de la posición en la que vas creciendo y desarrollándote junto a los demás árboles, dejar de mirarte solamente tus propios nudos y tus mas mínimas ramitas y tu ombliguito resinero y buscar esa visión de conjunto que te eleva por encima de lo que aparentemente eres. El bosque es fundamentalmente diverso y por tanto tener conciencia de la necesidad de esa diversidad para poder ser bosque…. y bueno un montón de tonterías mas que se me ocurren. Ha sido como un fogonazo de claridad.
GRACIAS MAESTRO.
José Sobrino.
Entre mas alto llegas a base de trampas,mas duro es el golpe al caer cuando te descubre. La honestidad ayuda a crear bases mas solidas en muchos aspectos de nuestras vidas. La fidelidad a nuestros principios morales es mas importante que obtener el exito a base del abandono.
[…] deportista no conoce la palabra abandonar. Un profesional necesita mejorar siempre, para evitar el abandono. En el mismo momento en el que no busques la mejora, en el que no te retes a ir un poco más allá, […]