“Hemos ganado la libertad de elegir y hemos perdido la seguridad de no tener opciones” Gilles Lipovetsky
Según este filosofo y sociólogo francés, vivimos en una sociedad que pone en valor al individuo, pero que al mismo tiempo aumenta su fragilidad. Esta es la gran paradoja que contiene su último libro titulado De la ligereza.
Una sociedad ligera que puede convertirse en una pesada carga. Una sociedad en la que nos podemos arruinar ahorrando, entre las ofertas, las rebajas, las compras on line y los Black Fridays casi a lo largo de todo el año.
Entrevistado recientemente por el periódico El País, Lipovetsky reflexiona sobre cómo nuestra sociedad poco o nada tiene que ver con la de generaciones anteriores. Antes no se ponía en duda la organización de la vida tal y como se cuestiona actualmente. Los caminos estaban marcados y si no eras feliz te aguantabas.
A día de hoy buscamos proyectos que de una manera u otra nos acerquen a esa felicidad tan ansiada. Hemos perdido esa “seguridad” que no daba opción a cuestionar el futuro ya escrito. Pero ganar libertad requiere una fuerte y solida responsabilidad que da mucho miedo. Quizá demasiado miedo. Y de hecho, mucha gente prefiere pagar el precio que sea necesario para no tener libertad y de esa forma no asumir la responsabilidad que conlleva.
Si algo caracteriza a la vida, ya sea en esta generación como en las anteriores, es la fragilidad. La vida es demasiado frágil como para tratar de vivirla sin mantener la conexión con los demás.
Vidas frágiles que necesitan ser vividas con ligereza. Con la que nos permite vivir una buena vida, la que nos permite disfrutar pero la que nos hace muy conscientes de la fragilidad. Lipovetsky utiliza una cita de Paul Valéry: “hay que ser ligero como el pájaro y no como la pluma”. Esa es la distinción de la ligereza a la que se refiere este pensador francés.
Si educamos a nuestros hijos en la ligereza mal entendida les convertiremos en adultos de cristal que deberán vivir en una vida compleja y difícil para la que no estarán preparados. La ligereza del pájaro requiere una educación firme y amable que estimule su responsabilidad para actuar libremente en una sociedad donde las instituciones rancias y caducas ya no gobernarán sus vidas. Es el individuo profundamente social quien construirá nuevas realidades.
Pero quizá no todo el mundo esté dispuesto a ser tan valiente y demostrar el coraje suficiente.
La responsabilidad no nos vuelve dóciles.