Se acabó la seguridad de un mundo estable, ordenado y protector. El mundo se ha transformado radicalmente de un tiempo a esta parte. Poco o nada queda de la sociedad bastante predecible de décadas atrás.
La globalización y la hiperconectividad son ya una realidad, a las que en esta próxima década se sumarán dos nuevas olas de cambio: la revolución tecnológica, que en los próximos años explotará en toda su intensidad, y la irrupción de más de 4.000 millones de personas del mundo emergente.
Los entornos estables han dado paso a lo que ahora empezamos a llamar el mundo V.U.C.A., en el que la estabilidad y el crecimiento sostenido da paso a un nuevo escenario caracterizado por la presencia de cuatro factores que crearán un nuevo marco de referencia en el que nos moveremos: Volatilidad, Incertidumbre (Uncertainty), Complejidad y Ambigüedad.
La volatilidad de un entorno que nace con una naturaleza cambiante y que induce a estimular dinámicas de cambio a gran velocidad.
La incertidumbre que hará altamente impredecible el futuro más inmediato.
La complejidad de agentes asociados a cada decisión, qué provocará efectos colaterales derivados de la hiperconectividad de cada área que abordemos.
La ambigüedad de la información que generará altas dosis de duda y desconfianza.
La vida en estas nuevas condiciones de incertidumbre nos augura dos sensaciones angustiosas: la de la ignorancia (no saber qué deparará el futuro) y la de la impotencia (ser incapaz de influir en el futuro). En estas condiciones se multiplican los indicios de que cada vez más gente cedería de buen grado parte de su libertad a cambio de emanciparse del aterrador espectro de la inseguridad existencial.
En este contexto de cambio exponencial y no lineal se acabaron la certezas y se demandan soluciones vinculadas a la necesidad de aprender permanentemente, de aportar valor añadido en lo que uno hace, apostar por revisar el futuro desde múltiples perspectivas para comprenderlo mejor y no perder nunca la visión y el foco, con la flexibilidad por bandera.
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Este nuevo mundo que viene se presentará como una oportunidad para hacer una llamada al optimismo y a la acción, siempre que las organizaciones, equipos y personas sean primero conscientes del mundo que nos toca vivir y de las reacciones naturales que esto provoca en nosotros y, segundo, se preparen y consigan adquirir el talento adecuado para surfear con éxito en las procelosas aguas de las próximas décadas.
Los entornos V.U.C.A. nos plantean el reto de transformarnos en aprendices ágiles, nuevos agility learners en un escenario donde las reglas cambiarán tanto y a tanta velocidad que pensaremos que la única regla que existe es que no hay reglas.