No podía dejar escapar la oportunidad de reflexionar sobre el éxito de la selección española de fútbol que ayer se proclamó por segunda vez consecutiva campeona de Europa.
Este éxito deportivo no es fruto de la casualidad sino del trabajo que, durante muchos años, se ha ido cocinando a fuego lento.
Hay un momento que resulta fundamental para que este equipo fuera capaz de superar sus propias creencias limitadoras. En 2008, España llegó a cuartos de final en la Eurocopa celebrada en Austria y Suiza. Allí nos encontramos con la temida Italia, un equipo que sacaba oro de donde no existía.
Superar la tanda de penaltis con éxito fue uno de los momentos claves para que España viviera un punto de inflexión y un cambio de creencias que nos llevó de ser un equipo de segunda fila con altas expectativas, a transformarnos en un equipo capaz de conseguir aquello que se propusiera. Simplemente unos penaltis fueron capaces de ayudarnos a asumir nuevas responsabilidades y plantearnos objetivos realmente retadores, no solo llegar a cuartos de final.
¿Cuáles han sido los factores clave de estos éxitos? Desde mi punto de vista han habido varios elementos determinantes:
– Unir el talento individual y alinearlo con el talento colectivo. España era más que la suma de sus jugadores. Únicamente se puede llegar a este punto cuando el motor de un equipo es la generosidad de cada uno de sus componentes. Y hablo de jugadores de equipo y no de miembros del equipo. Un jugador se diferencia de un miembro de equipo por su proactividad. Hay personas que se adaptan a las situaciones y otras que son capaces de generar nuevas situaciones que permiten que sus equipos den un salto de calidad.
– El factor humano por encima de todo. El valor de las personas como máximo exponente de un equipo. España ha demostrado cómo el factor humano es diferenciador. Un equipo excelente de alto desempeño no lo forman los mejores jugadores, los números 1, sino los más adecuados.
– Mantenerse con hambre. La motivación por ir más allá del resultado, trabajar para que el resultado trascienda a algo más que el aspecto deportivo. Este equipo representa los valores que cualquiera de nosotros quisiera tener en su plan de vida. Son fuente de inspiración para deportistas, niños y adultos que ven en este equipo el reflejo de los valores positivos sobre los que se construyen las identidades individuales y colectivas. Después de haber ganado una Eurocopa y un mundial estos jugadores querían y deseaban ir más allá. Ese “motivo para la acción” mueve más que nada.
Ayer, después de ganar la Eurocopa hubo una imagen que me resultó absolutamente clarificadora sobre este equipo. Después de recoger la copa de campeones y de hacerse las fotos oficiales la cancha se convirtió en un parque de juegos donde los hijos y sobrinos de los jugadores jugaban con sus padres como si se tratara de un día de fiesta. Uno no hace esto si no tiene un sentimiento de tribu como existe en la selección española.
Lo que este equipo nos está regalando trasciende al ámbito deportivo y nos deja enseñanzas de cómo el factor humano con una visión clara es tremendamente poderoso para alcanzar objetivos retadores disfrutando del camino.
http://www.youtube.com/watch?v=5iwBvFFmPDQ
Buen inicio de semana