Regresando a la normalidad de las semanas de trabajo, os acerco un texto escrito por Mark Twain relacionado con la elección de nuestro trabajo:
El trabajo que he hecho lo he hecho porque estaba jugando. Si hubiera sido trabajo no lo habría hecho. ¿Quién fue el que dijo “bienaventurado el hombre que ha encontrado su trabajo”? Quien fuera tenia la idea correcta en mente. Ten en cuenta que dijo “su trabajo”, no el “trabajo de otro”. El verdadero trabajo propio de un hombre es un juego, para nada un trabajo. Maldito es el hombre que ha encontrado el trabajo de otro y no puede perderlo. Cuando hablamos de los grandes trabajadores del mundo, en realidad nos referimos a los grandes jugadores del mundo. Aquellos que sudan y gimen bajo el cansado peso del trabajo que tienen no pueden esperar hacer algo grande. ¿Cómo podrían cuando sus almas son el fermento de la rebelión contra el trabajo de sus manos y mentes? El producto de la esclavitud, intelectual o física, nunca puede ser grande.
Antes de nada, comentaros que transcribo literalmente del autor aunque me chirria el hecho de que solo utilice la palabra “hombre”. Entiendo que será un genérico o fruto de la época en la que vivió Twain.
De cualquier manera hay una frase que me resulta demoledora: Maldito es el hombre que ha encontrado el trabajo de otro y no puede perderlo.
Son tantas las ocasiones en las que escucho a personas quejándose de su trabajo, mostrando comportamientos de hastío en su trabajo, que me hace pensar lo importante que es encontrar “nuestro trabajo”. Cuando en muchas ocasiones nos quedamos con que una persona no vale para lo que hace, deberíamos tratar de analizarlo desde otra perspectiva: “no está en el sitio adecuado. La persona es válida pero es posible que no sea SU trabajo”
Tener la oportunidad de poder hacer aquello en lo que disfrutas hace que el trabajo se conciba como un juego donde aprendemos diariamente, donde nos redescubrimos, donde nos retamos y donde el esfuerzo es el síntoma del crecimiento. Los que hacéis deporte esto lo entenderéis muy bien. Cuando corres y estás sufriendo pero sabes que estás mejorando tus tiempos, reconoces en ese esfuerzo el indicador más claro de tu mejora deportiva. Sabes que has dado un salto de calidad.
Cuando encuentras tu lugar profesional, el trabajo deja de ser concebido como una penitencia que hay que pasar para poder descansar. Aparece como un regalo que no puedes desaprovechar.
Espero que esta semana la disfrutéis como un regalo.
Me gusta tu aportación final final,aunque creo que muchas veces es bueno preguntarse trabajo para vivir o vivo para trabajar.
Me encanta el indicador de mejora de los tiempos en la carrera,en cierta manera es una buen sintoma de crecimiento.
Pero te pongo un ejemplo claro,que a mi se me viene a la cabeza y creo que a lo mejor es la juventud,en muchas ocasiones nos estancamos en el trabajo y no crecemos NO CREAMOS,hasta incluso en personas que desarrollan SU TRABAJO.
Profesiones tan especificas como Maestros,y un largo etc…podemos encontrar una diversidad.
Creo que en muchas ocasiones nos acomodamos en nuestro trabajo y realmente no buscamos NUESTRO TRABAJO.
«El que no busca el camino,busca la excusa».
Un Fuerte Abrazo
Ya lo decia Confucio «Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día más de tu vida».
Y aqui estamos, 2500 años después, dandole vueltas al tema. ¿Por qué la gente no elige el trabajo que le gusta?. ¿Será como dice Daniel que nos acomodamos en nuestro trabajo? Yo pienso que nos acomodamos en nuestra rutina diaria y la sobrellevamos lo mejor que podemos, dejando de perseguir nuestras preferencias, aspiraciones o sueños. Y es que, como dijo Khalil Gibrán » Todas las personas sueñan con la libertad, pero están enamoradas de sus cadenas».
Muy buen tema de reflexión, Alvaro.
Saludos, Javi