Pocos entrenamientos son más importantes que aquellos que van orientados a estimular en nuestros hijos o en nuestros colaboradores un adecuado pensamiento crítico que les permita convertirse en pensadores independientes. Seguramente que si preguntamos a padres con sensibilidad hacia la educación de sus hijos, la gran mayoría nos diría que les encantaría que sus hijos se convirtieran en adultos con la capacidad de cuestionar lo establecido y tener voz propia.
Sin embargo la realidad es que las personas así son profundamente incómodas para muchas organizaciones. Dice Richard Sennent que “sercreativo es buscar una voz propia. Pero uno solo la tiene cuando le habla a alguien. No se tiene voz propia para hablar solo.”
Se necesita ser valiente para ir en contra del impulso de callar y sentirse seguro en un grupo especialmente cuando en la adolescencia la necesidad de sentirse parte de un grupo es tan fuerte. Aprender a mantenerse fieles a los principios y valores aprendidos en casa, a tratar de ser lo más coherente posible con ellos o lo menos incoherente posible (se puede ver desde los dos prismas) requiere dedicación por parte del entorno donde crecen nuestros hijos.
Quizá pueda servirte de ayuda poner foco en 5 aspectos que podrían resultarte interesante para estimular este pensamiento crítico e independiente en aquellas personas a quienes educas o lideras:
LEER. No solo leer mucho (que debería ser un innegociable) sino aprender a leer a quienes aportan perspectivas muy diferentes a las tuyas, a quienes se oponen frontalmente a lo que piensas. Solo así se puede aprender a abrazar las ideas y entender que tienes el derecho a cambiarlas a lo largo de tu vida. Faltaría más.
AUTOCUESTIONARSE. Genera espacios de reflexión cuestionando tus propios planteamientos. ¿Y si fuera al revés de cómo pienso? Una pregunta tan sencilla que esconde respuestas maravillosas.
RODEARTE DE PERSONAS DIFERENTES A TI. La diversidad es tan enriquecedora como compleja de gestionar. Diferentes edades, orientaciones políticas, sexuales, diferentes razas. Si tan solo nos propusiéramos sentarnos 10 minutos con alguien diferente a nosotros y “escucháramos auténticamente” sus puntos de vista aplazando nuestro juicio, estoy convencido que se despertaría un pensamiento diferente al que teníamos antes de sentarnos.
VIAJAR TODO LO QUE PUEDAS. No he conocido herramienta más eficaz para inocular la tolerancia que viajar. No es necesario saltar el charco para ser más tolerante. Basta con salir de tu barrio o ciudad e interesarte con autenticidad por la manera de vivir de aquellos cuyas vidas solo conocías por terceros.
RESPETAR. La regla que lo rige todo en la vida es el respeto. Hacia los demás, hacia uno mismo y hacia el entorno en el que vivimos. ¿Son mis comportamientos respetuosos conmigo? ¿y contigo? ¿y con el entorno en el que vivimos?
Como habrás observado estos 5 entrenamientos están íntimamente imbricados unos con otros. Seguramente es sencillo leer este post pero bastante más complicado llevar a cabo el plan de entrenamiento que te planteo. Sin embargo, si dedicas 5 minutos al día a leer algo diferente, a llamar a alguien 20 años mayor o menor que tú, a planificar una pequeña escapada para conocer maneras diferentes de vivir o a preguntarte ¿Y si fuera al revés?, seguramente no te saldrían agujetas.