El pasado viernes tuve la suerte de participar junto a Pablo López de Viñaspre (www.wscconsulting.net ) en una interesantísima jornada orientada a la formación de gerentes de centros deportivos. Pablo, en su intervención, abordó varios temas que me hicieron reflexionar durante el fin de semana y que me gustaría compartir con todos vosotros.
“El riesgo de fractura es mayor cuando más seguro te sientes de que no se romperá”.
Y es que cuanto más cómodos estamos en una situación, con más facilidad empezamos a perder protagonismo en la misma. Nos acostumbramos a las rutinas de tal manera que empezamos a refugiarnos en nuestra zona de confort. Esto suele ser un acto muchas veces inconsciente y que cumple con la curiosa paradoja de que cuanto más cómodos estamos más en riesgo nos ponemos.
En muchas ocasiones la fractura nos sorprende con la terrible sorpresa de habernos olvidado de nosotros mismos. Cuando revisamos las herramientas que un día utilizamos para llegar hasta donde estamos, nos damos cuenta que se quedaron obsoletas mucho tiempo atrás y que ahora ya no nos son útiles.
Y en esta situación nos encontramos con dos opciones: volver a incorporar nuevas herramientas y nuevos entrenamientos para mejorarlas o rendirnos definitivamente.
Por ese motivo creo que es muy interesante no sentirse seguro, desapegarnos de gran parte del control que creemos tener sobre lo que nos pasa y aprender a vivir la incertidumbre de una manera mucho más sana que lo que hemos hecho hasta ahora.
En línea con la primera reflexión, Pablo aportaba la idea de la Teoría de la espiral de la motivación, en la que daba tres claves que permiten salir de la rutina y por tanto, fortalecer los hilos que nos unen a nuestros proyectos vitales:
- Retarse, sentir el vértigo que da aprender al enfrentarnos a nuestros propios límites y creencias. Cuestionar el hecho de no ser capaces de ir un poco más lejos, un poco más alto y un poco mejor cada día. Retarse es quererse, es recibir una auto caricia emocional.
- Probar cosas nuevas, no dejar de sorprenderse por lo diferente, por lo que pueda resultarnos caótico simplemente porque no lo conocemos aún y por eso mismo no lo entendemos. Probar a cambiar la mirada del observador que somos del mundo y descubrir las infinitas posibilidades que nos ofrece.
- Invertir en ello, o lo que es lo mismo: “si no te cuesta esfuerzo, la valoración no va a ser la misma”. Podemos hablar de inversión económica, material o temporal pero es necesario que pongamos toda la carne en el asador si queremos que la espiral de nuestra motivación no deje de crecer.
Acomodarse en exceso es una desinversión, es retirar el capital emocional invertido durante mucho tiempo en tu cuenta corriente personal y gastarlo de tal manera que cuando te quieres dar cuenta estás en números rojos.