La semana pasada estuve en una céntrica discoteca de Madrid para ver un concierto al que mi amigo Pedro me había invitado. Nos fuimos con María y con Elena y buscamos un sitio donde pudiéramos seguir el concierto sentados y pasar un buen rato juntos.
Resulta que, un poco antes de empezar el concierto, un grupo de personas llegaron a la zona donde estábamos sentados y, buscando sitio, se colocaron delante de nosotros. Hasta aquí sin problemas ya que, con mucha educación, cada uno fue encontrando su espacio tratando de no molestar al resto. Bueno, todos menos uno que, sin ningún problema, se colocó molestando a unas 15 personas que estábamos detrás de él. Pedro le pidió que se colocara mejor para que todos pudiéramos ver, pero su contestación fue: “Esto es lo que hay. A mi también me ha pasado esto en un concierto y lo siento mucho. Esto es lo que hay”. El personaje, lejos de entender lo que le estaba haciendo a la gente con su comportamiento, se quedó tan fresco delante de todos como un triunfador.
Más allá del propio hecho que ocurrió me quedé impactado por la frase: “es lo que hay”. Sin duda esta frase refleja el hecho de no hacernos responsables de nuestros comportamientos. Más o menos este chico venía a decir que la situación le obligaba a actuar así, que no era culpa suya que las cosas funcionaran así. Simplemente él se comportaba de esta manera porque así son las cosas.
Cuántas veces malgastamos tiempo de nuestra vida en buscar y encontrar excusas que justifican los comportamientos que tenemos. “Claro, como esto es así entonces yo….” “así soy yo, si te gusta bien y si no….”
En muchas ocasiones no somos capaces de asumir la responsabilidad de nuestra vida, de nuestras decisiones y de entender que si hacemos las cosas o no las hacemos es porque decidimos que así sea. Entonces nos mostramos a los demás como víctimas de todo lo que hacemos o no hacemos, de todo lo que nos sucede, abandonando nuestro papel protagonista.
Nuestro lenguaje tiene dos funciones: una es descriptiva y nos sirve para relatar el mundo que nos rodea. La otra, y mucho más importante, es la función generadora del lenguaje. El lenguaje genera realidad. Todo lo que nos decimos a nosotros mismos y todo lo que decimos a los demás delata nuestro posterior comportamiento, ya que el comportamiento busca cumplir con lo que el lenguaje dice.
“Esto es lo que hay” me aleja como sujeto protagonista de la acción mientras que “esto es lo que quiero que haya” me muestra como responsable de mi comportamiento posterior.
Si prestamos atención a lo que decimos descubriremos que en muchas ocasiones no hacemos otra cosa que sacar de nosotros, con nuestro lenguaje, nuestra responsabilidad. Y solo si nos reconocemos parte del problema podemos vernos como parte de la solución.
Por cierto, el concierto era de Nneka, cantante nigeriana, que junto a Asa y Ayo son los nuevos exponentes del soul que viene de África con mucho talento. Os dejo este video donde podéis disfrutar de buena música.
http://www.youtube.com/watch?v=-lulJdMKaZw
Un abrazo muy fuerte