El conflicto es un asunto tabú en la construcción de equipos y sin embargo es la herramienta imprescindible para que un equipo aprenda y pueda alcanzar niveles de excelencia.
Pero, ¿qué es un conflicto? Esta es la pregunta de partida y donde es necesario realizar una distinción para evitar malos entendidos. Hablamos de conflictos desde la perspectiva del debate ideológico productivo: el conflicto de las ideas. Este conflicto dista mucho del que normalmente entendemos como la lucha de poder destructiva alimentada por el ego desmedido.
Para provocar el conflicto productivo es necesario haber asentado una base de confianza (tan evidente como complicada) en la que se respete profundamente las diferentes miradas desde donde cada persona plantea sus opiniones y argumentos. Nadie va a defender apasionadamente sus ideas si no tiene la certeza de que no se van a tener represalias posteriores. Como bien sabes, querido lector, este argumento sirve para trasladarlo a la empresa, el deporte, la familia y cualquier otro colectivo donde un grupo de personas se sientan alrededor de un objetivo común.
El conflicto productivo requiere de la valentía y confianza de los miembros de un equipo para emerger y ser afrontado. Es necesario eliminar la complacencia colectiva que se conforma con la primera solución válida que aparece. La primera respuesta que surge suele estar lejos de ser la más adecuado. Se trata más de una solución tranquilizadora que de una solución poderosa para el equipo.
Los equipos que temen el conflicto suelen vivir inmersos en una armonía ficticia que, antes o después, se rompe de manera irrecuperable. Cuantas veces se defiende la necesidad de construir equipos con diversidad para posteriormente evitar el conflicto productivo.
Un conflicto positivo genera responsabilidad colectiva mientas que la armonía artificial persigue obediencia del equipo a un superior, que dirige al colectivo utilizando el miedo, mediante sus herramientas más conocidas: amenaza, castigo y chantaje. ¿Cómo es posible conseguir un equipo responsable cuando utilizo estas herramientas? Pues no es posible, sin duda.
Un líder que trata de acortar los conflictos que se generan en un equipo obtiene los mismo resultados que un padre que evita que los conflictos entre hermanos se produzcan. Lo que se obtiene con estos comportamientos es sobreproteger a las personas y por tanto discapacitar su potencial para enfrentar situaciones difíciles y encontrar una solución adecuada.
El líder de un equipo necesita transmitir la importancia del conflicto productivo como herramienta de crecimiento a largo plazo, asegurando en todo momento que se respeta profundamente a las personas que participan en el mismo.
El conflicto productivo regala la oportunidad de entender, comprender y aceptar las infinitas perspectivas que una situación puede generar y la riqueza de aprendizaje que este hecho conlleva.
Por tanto, otra clave para los equipos que aprenden reside en que buscan, en el debate responsable y adulto de las ideas, las soluciones más adecuadas (y en muchas ocasiones más incómodas) para seguir avanzando en su persecución de la excelencia.