Es curioso la manera con la que asociamos, desde la cultura occidental, la felicidad con la consecución de la búsqueda de un futuro mejor y es aquí desde donde parte en gran medida nuestra frustración repetida.
Asociamos felicidad con las emociones placenteras de las que gozamos de manera hedonista, tratando de buscar nuevas situaciones que nos aporten más dosis y de mayor intensidad. Mientras tanto, huimos de las emociones mal denominadas como “negativas” que entendemos que nos alejan de ese estado deseado.
Y es que gran parte de nuestra infelicidad se apoya en la fantasía de nuestros pensamientos. Son muchos los pensamientos acerca de lo que podría suceder en el futuro, sobre lo que puede ocurrir si hago o dejo de hacer algo, sobre cómo voy a sufrir si pasa tal o cuál cosa. Cuando alimentamos nuestros pensamientos de manera pesimista o simplemente damos demasiadas vueltas a las mismas ideas, estamos restando posibilidades de permanecer en el presente y nos adentramos en mundos imaginarios que tan solo existen en nuestros pensamientos.
Y es que el futuro es ahora, ya que es lo único cierto que existe es lo que experimentamos hoy. Desde el presente construimos el futuro al igual que desde el pasado hemos construido lo que somos hoy. ¿Y mañana? Quien sabe. Es muy poco, realmente muy poco lo que somos capaces de controlar. El exceso de control no nos transporta a la serenidad.
Vivimos en una sociedad en la que necesitamos encontrar una solución a cada problema, dificultad o adversidad a la que nos enfrentamos sin haberlo decidido. Sin embargo nos negamos en rotundo a aceptar sin más. Nos negamos a la evidencia de que existen situaciones en las que no podemos hacer nada más que vivir con la mejor de las actitudes posibles ya que no hay nada que pueda cambiar una determinada situación por la que atravesamos. Quizá será porque buscamos soluciones tranquilizadoras que no nos generen la sensación de no haber podido hacer nada por solucionarlo. Pero es que a veces, no podemos hacer nada. Y punto.
Quizá la felicidad tenga mucho más que ver con la serenidad que con la excitación por resolver problemas propios o de otros. La serenidad nos aporta la perspectiva necesaria para valorar lo que tenemos en su justa medida y aceptar lo que no tendremos nunca.
La falta de serenidad nos sumerge en el bucle de la búsqueda de las sensaciones más estimulantes posibles. Y de aquí al “nunca es suficiente” hay un pequeño paso. La falta de serenidad nos aboca a la insatisfacción permanente, al anhelo que lo que podría haber sido y no fue. Y mientras tanto desatendemos lo que es real, lo que está en el presente y que al abandonarlo genera el futuro que nunca deseamos tener. Sin embargo fuiste nosotros mismos quienes lo generamos al darle más importancia al futuro incierto que al presente real.
Quizá la felicidad se encuentre más fácilmente cuando se mira hacia dentro que cuando se hace hacia fuera. La dificultad de todo esto reside en que vivimos en una sociedad que nos “exige” a mirar hacia fuera, nos conecta permanentemente hacia el exterior, nos empuja sutilmente a ocuparnos más de lo superficial de manera rápida y cambiante. Y de repente nos encontramos que no hay huecos en la agenda para ocuparnos de nosotros, de mirarnos hacia dentro. Tanto tiempo sin dedicarnos a nosotros hace que cuando llega el momento de hacerlo, lo que vemos no nos gusta y nos hace infelices. Y entonces buscamos las soluciones en el exterior sabiendo a ciencia cierta que ahí no están.
Serenidad para aceptar, entusiasmo para buscar en tu interior y cultivar y proteger los estados emocionales que nos permiten vivir nuestro presente.
Excelente reflexión!!!! Como todas las tuyas y que razón tienes «Mindful» Gracias por todos tus envíos semanales, no me pierdo uno y reenvío unos «cientos»!!!!se nota que soy de Bilbo!!!! Un abrazo, Alvaro!!!! Javier Enviado desde mi iPhone
Articulazo!! Totalmente de acuerdo. Quizá porque lo vivo en primera persona, pero es muy importante aprovechar lo que tienes ahora porque no sabes cuanto te va a durar o cuando te va a faltar. Un abrazo.
Me encanta alvaro… además en un momento en el que miro mucho hacia adentro…
Gracias cariño…
Que cierto¡¡¡, y que fácil se dice,… es solo de empezar a ponerlo en práctica, es un deseo sincero que cada vez debemos explorar y cuando menos lo pensemos ya estaremos en la practica de vivir el dia a dia, y cuando a veces pienso que voy un paso para atras, me viene este bello mensaje y me empujan a ser constante. Gracias, llegaste en el momento oportuno. Alvaro Aleman / Costa Rica.
¡Enhorabuena Álvaro!, ¡me ha encantado!. Ayuda a entender y a transitar desde un lugar de paz por nuestras vidas y el mundo que nos rodea. Gracias¡¡
Gracias Alvaro, en la diana de la realidad presente.
Precioso, como siempre. Y la imagen no puede ser más gráfica. Gracias!
Como Siempre las reflexiones de @alvaromerino son un regalo para ayudarnos a navegar en el océano emocional q nos rodea. Gracias amigo.
Muy de acuerdo Álvaro
Buda dijo una vez «Es de sabios aceptar lo inevitable; es de sabios modificar lo que pueda para bien ser cambiado; es de sabios saber qué se debe aceptar y qué se puede modificar.»
Sin embargo nuestra falta de educación en el autoconocimiento nos lleva a querer controlar lo que está ahí fuera, cuando sobre lo único que verdaderamente podemos ejercer cierto control es en lo que está dentro de nosotros.
Gracias por esta excelente reflexión!