Marcelo Bielsa, argentino de Rosario, jugador y entrenador de fútbol, es uno de esos profesionales del deporte que nunca dejarán indiferente. Adorado por unos y odiado por otros, Bielsa rompe con cualquier arquetipo y modelo conocido en el mundo del fútbol. Su singularidad le acompaña allá donde vaya. Aquí comparto algunas de sus perlas más jugosas que, como es de esperar, no dejan indiferente. Con todas estas reflexiones no puedo estar personalmente más de acuerdo. No deja puntada sin hilo y repasa su visión del liderazgo, de los valores, de la derrota, de la adversidad y de la pasión por el talento.
«Yo me equivoco porque no sé, pero no porque no hice».
“El liderazgo se ve en la derrota y el líder solo es bueno si ha superado la adversidad.
Las operaciones y los cambios se hacen en la victoria, no en la derrota.
La adversidad es el momento de observación de las cosas”.
En este fragmento, y que corresponde a una charla que brindó en Rosario en 2011, Bielsa explica cómo algunos valores le ayudaron para dirigir.
«La religión, especialmente la católica, me sirvió para dirigir. Tiene cuatro ejes antagónicos: culpa y castigo, amor y perdón. Estos dos son menos visibles: el castigo y la culpa están mucho más en la superficie que el perdón y el amor. Para dirigir me di cuenta que perdonar al futbolista lo mejora. Y quererlo también. No tengo la más mínima duda al respecto. Si lo quiero y por quererlo lo perdono es mejor que si lo castigo y lo acuso. Querer y ser querido es una de las cosas que más felicidad produce a los seres humanos.»
Siendo entrenador del Athletic de Bilbao tuvo oportunidad de compartir reflexiones con jugadores, entrenadores y medios de comunicación
“Yo acá gano cifras que son obscenas. Pero lo que vincula a un profesional con este club no son ni las cifras ni las perspectivas. Para ganar dinero, aunque suene soberbio, yo puedo ganar mucho más dinero en otros lugares. Y para los éxitos deportivos, y aunque vuelva a sonar soberbio, puedo optar por sitios que dan más garantías de obtener éxitos deportivos. Pero no son esas las cosas que a mí me vinculan con el fútbol: ni el dinero ni el éxito deportivo. A mí me interesan mucho más las emociones que produce pelear un título muy difícil de conseguir en un club como éste, que ganar títulos en clubes mucho más poderosos.”
«Si te dedicas a jugar, el fútbol te va a dar dinero; si te dedicas a ganar dinero, no te va a dejar jugar»