La cohesión de un equipo es el pegamento que mantiene unido a un colectivo en los momentos de adversidad.
Si te has preguntado alguna vez si el equipo que lideras o al que perteneces es un equipo cohesionado, aquí encontrarás 6 conceptos que necesitas revisar para medir el nivel de cohesión del equipo.
La cohesión es la consecuencia de un conglomerado de variables que construyen una realidad poliédrica que debe de abordarse en su conjunto para ser bien entendida.
1 El tamaño del equipo es lo suficientemente pequeño para ser efectivo (entre 3 y 10 personas). El número de miembros de un equipo es de vital importancia ya que un defecto supone no poder alcanzar metas retadoras y un exceso provoca una clara holgazanería social.
2 Los miembros del equipo han construido una confianza sólida y pueden mostrarse vulnerables entre si. El equipo se convierte en protector de la vulnerabilidad de cada uno de sus miembros. La vulnerabilidad es la puerta de entrada al aprendizaje.
3 El equipo se sumergen en el conflicto productivo de las ideas importantes, de manera directa y respetuosa, sin edulcorar los problemas. Si un equipo no es capaz de sumergirse en el conflicto de manera productiva genera lo que Lencioni denomina la armonía artificial.
4 Las reuniones del equipo finalizan con acuerdos claros y específicos en relación a las decisiones que han sido tomadas. Decisiones aterrizadas, concretas y claras para todos los miembros del equipo.
5 El liderazgo entre pares es la proteína del equipo. Los miembros de un equipo se hacen mutuamente responsables de los comportamientos cotidianos y de los compromisos adquiridos.
6 Los miembros de un equipo anteponen las prioridades y necesidades colectivas de la organización a las suyas propias.
Son 6 elementos que identifican a equipos maduros, confiables que se han construido para perdurar, con disciplina y sin fisuras.