La semana pasada tuve la suerte de compartir un seminario sobre Liderazgo deportivo y valores en la Escuela Universitaria Real Madrid en Santiago de Chile. Hablar de valores y hacerlo con personalidades del mundo del deporte es un mix apasionante. En esta ocasión he compartido escenario con Sebastián Doberti, responsable de Marketing y Patrocinios de Cruzados y con Francisco Sagredo, reconocido periodista deportivo que ha escrito un libro sobre el liderazgo de Manuel Pellegrini. Sobra decir que su exposición fue brillante, didáctica, muy amena y aportó luz sobre un estilo de liderazgo innovador y humano. Su libró cayó en mis manos y no han pasado más de 48 horas para que haya devorado gran parte de el.
El libro está lleno de anécdotas y entrevistas con muchos los grandes entrenadores y deportistas con los que ha compartido vestuario a lo largo de su dilatada trayectoria deportiva. Su convicción, determinación, visión, templanza y humanidad son atributos que identifican un liderazgo basado en la responsabilidad.
Todo el libro rezuma la idea de que Pellegrini se concibe como un eterno aprendiz. Cuenta Sagredo en su conferencia cómo siendo Pellegrini entrenador del Villareal, un día se quedó afónico y los médicos del club le dijeron que gritaba demasiado en el campo y que con el tiempo eso le pasaría factura. ¿Qué hizo entonces? Ni corto ni perezoso tomó clases de canto durante un año para aprender a respirar y modular la voz.
Soy un fiel defensor de educar en la responsabilidad y no en la obediencia y mira por donde cae un pasaje del libro en el que Nelson Tapia, portero de la selección chilena en los años 90 cuenta que “nunca nos prohibía nada pero era muy claro con las reglas(…) Por ejemplo, cuando salíamos a jugar a otra ciudad y tras el partido nos quedábamos a dormir, él no te decía que teníamos la noche libre sino que te avisaba que <mañana el bus sale a las 10 del hotel. A las 9.55 todos en el bus>. Y entonces alguno le preguntaba: Pero profe, ¿podemos salir? Y él ni si, si no: <Mañana en el bus a las 9.55>. (…) Te entregaba la responsabilidad a ti, el compromiso era tuyo.
El propio Pellegrini pesaba diariamente a los jugadores y si alguno estaba 1 kilo por encima o por debajo de su peso no le dejaba entrenar ni competir. Él los consideraba jugadores lesionados. No les decía si debían comer más o menos pero era inflexible con una norma básica a cumplir por un deportista que quiera competir en su deporte.
Otra de las apuestas de Pellegrini consistía en hacer importantes a todos sus jugadores, especialmente a aquellos que no jugaban el fin de semana. Tratar a los miembros de un equipo como protagonistas sin calificarlos como titulares o suplentes. Esto es algo que Víctor Sánchez del Amo, actual entrenador del deportivo de la Coruña y su cuerpo técnico tienen marcado a fuego. Quizá sus estilos en el aspecto humano son muy semejantes.
Con su mentalidad de ingeniero (así es como se le apoda especialmente en Chile, ya que sus estudios universitarios son de ingeniería) su trabajo siempre es metódico.
Cuenta Néstor Gorosito, volante de la Católica en la época en la que Pellegrini dirigió al equipo, cómo utilizaba el poder de la anticipación: “cada lunes uno llegaba al vestuario y él tenia pegadas en la pared planillas con todo el detalle de los trabajos de la semana. El plantel se enteraba de lo que iba a hacer con días de antelación”
Raúl González, historia viva del Real Madrid habla de las ganas que tenia cada mañana de levantarse e ir a entrenar por el estilo motivante de sus entrenamientos. Jorge Valdano destaca de su etapa en el club blanco el esfuerzo que el chileno hizo por administrar con respeto el final de la carrera deportiva de Raúl en el Real Madrid.
Firmeza y respeto, humanidad, método disciplinado y liderazgo desde la responsabilidad en el trabajo de un entrenador que aplicó conocimientos que transcienden el mero aspecto deportivo.
Explica Sagredo el interés de este entrenador en cultivarse en muchas áreas diferentes a la deportiva para poder conversar con profundidad con personas con las que se relacionaba día a día. Aprender solo de tu área de especialización no enriquece ni aporta una mirada holística de la persona.
Un libro muy recomendado para todo aquel que quiera indagar en el liderazgo basado en la responsabilidad.